El pueblo de Lledias es un pueblo grande, con las casas repartidas en numerosos barrios; esto hace que pasear por el pueblo, descubriendo cada rincón sea un placer inesperado. A pocos metros del pueblo, si vamos en dirección al monte, encontramos los caminos que nos llevan a la falda de la montaña. Si subimos o no es una decisión que sólo a nosotros nos toca tomar.
Si buscamos la playa, no está lejos. A 4 km podemos estar en los arenales de San Antolín, en Naves o en Toranda y Torimbia, en Niembro.
Se encuentra en la intersección de la carretera hacia el Parque Nacional de Picos de Europa (Covadonga, Lagos, Ruta del Cares, Sotres…) y poblaciones como Arenas de Cabrales o Cangas de Onís. Los alrededores de el pueblo ofrecen al visitante numerosas rutas alrededor del pueblo y de sus montes. El Occidente de Cantabria está a tan sólo 40 minutos
El pueblo de Lledías constituye uno de los núcleos rurales más singulares de todo el concejo de Llanes por la importancia de su patrimonio etnográfico, paisajístico y arqueológico.
Dentro del patrimonio etnográfico merecen destacarse la importancia de su arquitectura popular y la presencia de un destacado conjunto de hórreos y paneras.
En el primero de los apartados sorprende el mantenimiento de unas pautas constructivas que caracterizan la arquitectura popular asturiana y, especialmente, la llanisca destacando, por su abundancia, las casas con corredor. Algunas construcciones lo presentan aislado; otras entre dos cuerpos laterales y otras, que conforman una amplia mayoría, en las que el corredor se enmarca entre muros de sillería destacando, dentro de estas, las que presenta sillares perfectamente labrados y con decoración moldurada. El respeto por este modelo constructivo ha hecho que durante las últimas décadas un buen número de construcciones de nueva planta copien dicha tipología a través de la presencia de corredores y galerías de madera, con lo que se consigue una uniformidad arquitectónica dentro del caserío del núcleo rural.
Por lo que respecta a las construcciones auxiliares, en Lledías se conservan 17 hórreos y dos paneras. La mayoría de estas construcciones se encuentran en un aceptable estado de conservación debido, en parte, al mantenimiento de un uso como lugares de almacenaje, tanto de productos agrícolas como de otro tipo de productos.
Este rico patrimonio etnográfico se encuentra directamente ligado a la perduración de un modo de vida tradicional, donde la agricultura y la ganadería constituían los pilares básicos de los habitantes de Lledías. Aunque en la actualidad dicho modo de vida se encuentre en recesión, el mantenimiento de las actividades agropecuarias ha propiciado que el entorno paisajístico del pueblo no haya sufrido variaciones durante generaciones. Así, las erías y las llosas dedicadas a los pastos y cultivos conviven en perfecta armonía con manchas boscosas presentes en cuetos o zonas kársticas, donde el arbolado autóctono (encinas, robles, castaños, avellanos) constituyen las especies mayoritarias.
Junto a estas manchas de arbolado autóctono, es de destacar la existencia en la zona oriental del pueblo de un amplio espacio paisajístico, donde el arbolado autóctono anteriormente señalado, unido a la presencia del Arroyo de la Marea y el río Calabres conforman un entorno boscoso de indudable valor y belleza.
Es la zona conocida como la Marea, donde además de la belleza del paisaje destaca la presencia de una laguna estacional que se forma en momentos de lluvias intensas, y que conforma un arroyo que desemboca en el Río Calabres, justo en la zona de nacimiento del mismo.
Por lo que respecta a importancia del patrimonio cultural, en Lledías nos encontramos con distintos elementos pertenecientes al patrimonio arqueológico y al arquitectónico. Dentro del primero de ellos se han documentado un conjunto de yacimientos pertenecientes a etapas paleolíticas (Cuevas de Arnero, La Poza L´Egua, Cueva de Lledías o Cuetu Cardín), de época prerromana (Cueva del Pulu Baxu) y, finalmente, de época romana (Lápida de Lledías). En lo referente al patrimonio arquitectónico nos encontramos, en primer lugar, con distintas construcciones que responden a los parámetros de la arquitectura indiana (casas de La Jigar, La Media Villa y San Juan).
Aunque dichas construcciones no resultan tan llamativas arquitectónicamente como otras existentes en distintos pueblos del concejo llanisco, no dejan de constituir magníficos ejemplos de casas indianas construidas por vecinos que, aunque lejos de las grandes fortunas indianas, lograron alcanzar una importante posición social en sus países de acogida y que les llevó a construir y, también, a reformar casas en su localidad natal.
Dentro del apartado arquitectónico nos encontramos, además, con elementos pertenecientes a la categoría de la arquitectura religiosa (capillas de San Francisco, de L’ Ardina y Santa Bárbara) y, también, a la arquitectura señorial (conjunto de L’ Ardina).
A todo ello debe unirse el hecho de que el pueblo de Lledías mantiene una serie de costumbres tradicionales, fundamentalmente, las relacionadas con la fiesta del pueblo y que se han venido manteniendo y conservando de generación en generación hasta la actualidad. Además, las actividades sociales realizadas por los vecinos repercuten directa e indirectamente en la economía de la comarca.
Manuel Huerdo
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